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martes, 4 de octubre de 2016

El Masón ante la Divinidad


  El respeto a las opiniones, y a las creencias Religiosas, dentro del Sistema Masónico, es objeto de la más espontánea y efectiva REALIDAD, por lo que respecta a la existencia de un SER SUPREMO, lo que queda demostrado por medio del requisito indispensable y esencial, para que ningún ATEO pueda figurar, como Aspirante a la Iniciación; por lo mismo, hemos llegado al convencimiento de que sólo las personas que posean alguna convicción sobre la existencia de DIOS o que profesen cualquier Religión, pueden o están capacitadas legalmente para solicitar su ingreso al Seno de nuestra Augusta Institución; toda vez que la declaración de su Fe Religiosa, no importa cuál sea su origen, es un Punto Constitucional Masónico que se Impone a todos los Profanos; puesto que con ello se demuestra una palpable manifestación del respeto a la Libertad de Pensamiento, como uno de los factores indispensables para llegar hasta las Puertas del más Grandioso Templo que se ,haya levantado a la VIRTUD.

Pero aun cuando no se acepta ni se reconoce la RELIGIÓN MASÓNICA, pudiera decirse que se le conceptúa como un conjunto de Idealismos y de Pensamientos, relacionados con la MORAL ESPIRITUAL del individuo, por lo tanto, esa Religión indiscutiblemente abarca a todas las CREENCIAS adoptadas en el Orden Cosmopolita Universal; por eso vemos que entre nosotros los Masones, respetamos de una manera consciente, por ejemplo, al Cristiano dentro de la Iglesia; al Mahometano en su Mezquita; al Judío dentro de la Sinagoga; al Hindú en la Pagoda; al Budista dentro del Templo, etc., pues hay que entender que dentro de nuestros Talleres, únicamente se combaten y se hacen ver los ERRORES; lo que indica que sólo debemos tomar en consideración, el hecho Histórico, que desde la fundación de la más Antigua Masonería, jamás se ha visto el caso en que un Aspirante a Iniciación, se haya visto rechazado, por el motivo de poseer determinadas creencias Religiosas, aun cuando en si, no estén sujetas a un Ritual determinado, como sucede en los Candidatos o Postulantes; que simple y sencillamente creen en la existencia de un SER SUPREMO; es decir, que únicamente manifiestan ser DEÍSTAS.
Sin embargo, también es cierto que- el MASON, debe demostrar ser Libre e Independiente hasta en sus sentimientos Espirituales, y con más razón si se trata de emitir las opiniones MORALES que se haya formado acerca de las Religiones; lo que nos da a entender de una manera clara y evidente, que el DEBER más SUBLIME para nosotros los INICIADOS. consiste en señalar o en corregir los ERRORES, indicando el verdadero camino hacia la MORAL, hacia la RAZÓN y hacia la VIRTUD. como fa­cultades propias del hombre que tiende a realizar todo aquello que con­tienen los principios Masónicos, como consecuencia de una sana MEDITACIÓN DE LAS IDEAS antes de iniciar cualquier Obra, en beneficio de la Colectividad Humana.
Ahora bien, para entrar en materia, principiaremos por buscar la Raíz, el Origen y la Definición categórica de la palabra DIVINIDAD. y vemos que viene de la voz Latina “DIVINITAS-ATEM”, misma que se in­terpreta como un Ser, una Causa o un Efecto sobrenatural. fuera del alcan­ce del esfuerzo humano; también se refiere, a la Esencia de Dios; a los fenómenos o a las Obras Naturales, o a todo aquello que se manifiesta incomprensible al entendimiento del hombre, pero que ante la evidencia humana, tiene un explicación definida, dentro de lo Misterioso o dentro de lo Desconocido; igualmente, este vocablo se puede aplicar a aquellas representaciones, o personalidades cuya grandeza o magnitud es palpable e inviolable para las acciones humanas; esa denominación dan también los Paganos a todos sus Deidades; y entre los Antiguos Romanos. se les consideraba, como una DIVINIDAD, a sus Emperadores.
Todas estas definiciones, dentro del Orden Masónico, se interpretan de una manera consciente, tratándose de que, desde el supremo instante en que el Candidato se presenta a demostrar su Talento, su Inteligencia y su Buena Voluntad, por medio de las pruebas a que se le somete; su pri­mera impresión la recibe, precisamente dentro del Cuarto de Reflexiones. al tratar de contestar de improviso, la primera pregunta que aparece so­bre la Plancha Triangular, misma que. Forzosamente lo conduce hacia la idea de lo que puede ser la DMNIDAD, así como a manifestar el con­cepto profano, en que pueda explicar la impresión que se haya formado. Sobre sus DEBERES para con el SER SUPREMO.

Desde luego que resulta indiscutible que todos creemos en la exis­tencia de una CAUSA, de un FACTOR o de un SER sobrenatural. como Autor de todo lo CREADO dentro del seno de la Naturaleza, y eso es motivo por el .cual, el Masón debe comprender de manera evidente que, como UNIDAD HUMANA que es, forma también parte de esa Gran Obra Universal, lo que indica. Sin lugar a duda. Que en él se aloja también un Soplo; o algo así como una Partícula o un Átomo de Esencia Luminosa que le obliga a saber que EXISTE, que VIVE y que lleva una delicada misión que cumplir, dentro de sus actividades Sociales; es decir, que tam­bién sabe que posee un YO que subsiste dentro de su SER y que lo guía impulsado por sus INSTINTOS naturales, lo que indudablemente le da su PERSONALIDAD DE HOMBRE.
   


Consiguientemente, es también el EGO, individual, lo que se demues­tra y viene a manifestarse dentro de la Conciencia humana, por ser donde encontramos esa especie de Ciencia Infusa, cuya realidad debemos inves­tigar, hasta adquirir el convencimiento de que, efectivamente se hace palpable ante la EVIDENCIA de las Grandiosas Obras atribuidas a la DIVINIDAD, y por lo mismo, no cabe duda de que siempre se nos pre­sentará, en forma de FACTOR SACRIFICIO, para nuestro propio SER, principalmente, cuando se hace necesario SERVIR a nuestros Semejantes, razón por la que necesariamente debemos procurar perfeccionar nuestras Ideas, nuestras Acciones y nuestros Actos, sin cuyo requisito, jamás po­dremos realizar, en forma consciente ninguna de nuestras OBRAS, por pequeñas que las queramos emprender.


Por otra parte, la MEDITACIÓN, el JUICIO sereno y la ENERGÍA de carácter, son las cualidades que nos conducen hasta llegar a una sana ASPIRACIÓN de lo que pueden ser los Beneficios Sociales; o mejor dicho, viene a constituir una Ciencia casi incomprensible, de lo que son las opiniones o las creencias sobre la verdadera MORAL, para poderla apre­ciar, practicar o aplicar, dentro del ambiente de las diferentes Razas humanas, o entre la Sociedad en la cual vivimos, por, la que somos juz­gados, y la que al final, nos coloca en el lugar que exactamente nos corresponde; pero tomando en consideración también, a los deberes que se nos imponen, para llegar hasta la Adoración del SER SUPREMO.

Sin embargo, igualmente sabemos que existe el EGOÍSMO INSANO en las pasiones humanas; pero ese defecto MORAL, es propio del hom­bre impreparado, o de quien no ha recibido una Educación ESMERADA desde sus primeros años, pero en cambio, el YO -de la nobleza, el YO del respeto y el YO consciente que nos guía y nos aconseja, para poder pen­sar, discernir y hacer uso de la CORDURA para ejecutar todas nuestras acciones y realizar nuestras OBRAS, significa que sabemos hacer de la RAZÓN, un hábito que nos enaltece por ser el camino más directo, para obrar con JUSTICIA y con EQUIDAD; como cualidades que se manifies­tan en el individuo, por medio de la evidencia consciente, que guía los sentimientos de una INSPIRACIÓN PURA, o sea, lo que nos enseña el VERBO SAGRADO DE LA DIVINIDAD; Y en efecto, resulta que el enten­dimiento de cada persona en particular, viene siendo el conducto por el cual, de una manera Leal y Sincera, se pueden apreciar los procederes o la CONDUCTA de todos los Hombres, dentro de cuyas costumbres, tien­den a manifestar su MORALIDAD, y el perfeccionamiento de su CARÁCTER en sentido ESPIRITUAL y en el INTELECTUAL.

Al mismo tiempo debemos entender, que la Esencia de la DIVINI­DAD, se hace cada vez más palpable, por medio de las apreciaciones que se adquieren, haciendo uso de la Investigación, empleando el Talento y analizando las cosas por medio de la Inteligencia, agentes que traen como consecuencia inmediata, el PROGRESO HUMANO; es decir, que las DO­TES NATURALES, propios de todos los Seres Racionales, nos hacen com­prender, atendiendo a sus manifestaciones, que la Naturaleza de todo lo Creado, dentro del Universo, tiene un solo ORIGEN, dentro del cual se pro­paga, en el que MUERE Y en el que irremisib1emente vuelve a RENACER, puesto que es la Causa que da la VIDA AL MUNDO MATERIAL, en don­de se descubre el ambiente ESPIRITUAL, para luego perderse dentro de la atmósfera de lo DESCONOCIDO o de lo MISTERIOSO, fenómenos todos que podemos apreciarlos de una manera clara y sencilla, por medio de la EVIDENCIA.

Por lo que se ve, resulta que efectivamente la Conciencia y el Enten­dimiento, obran sobre el ánimo del Individuo, de conformidad con sus Ins­tintos Espirituales; con relación a su Educación MORAL, y en concor­dancia con la naturaleza de su Talento, lo que viene a demostrar, que esos .agentes de vida para el hombre, son nada menos que el producto de una serie de impresiones que se consideran, como los DICTADOS DIRECTOS DE LA PROPIA DIVINIDAD, aceptados por la INSPIRACIÓN, que irremisiblemente tiende a normalizar la Conducta del Hombre; lo que también puede interpretarse, como una FUERZA IRRESISTIBLE, que nos impone la sagrada Misión, de SER ÚTILES a la Humanidad, aún a costa del sacrificio Personal.

Por ese motivo hemos descubierto que la DIVINIDAD, bajo del punto de vista Filosófico, dentro del orden Espiritual y en el Misterioso, nos da una elocuente idea del concepto humano que se le ha formado; y es preci­samente lo que se refiere a la confirmación de la existencia del SER SU­PREMO, como una imagen que guía a todos los sentimientos y a las Creencias Religiosas; sin embargo, esa Esencia DIVINA a la que unas veces ADORAMOS; en ocasiones la RESPETAMOS y a la que por lo regu­lar siempre le TEMEMOS, es indiscutiblemente el factor que nos conduce a comprender y a aceptar que vivimos, no sólo para nuestro propio BIEN, ni mucho menos para causar MALES; sino que la acción Social que esta­mos destinados a desempeñar y a afrontar por todos los medios posibles; debe ser el producto de una CONDUCTA IRREPROCHABLE, dentro de nuestras actividades cotidianas, puesto que llevan un solo fin, el de querer y SABER SERVIR a la Humanidad, tomando en cuenta que todo aquello que se nos manifiesta, dentro del ambiente de la AMISTAD, de la CON­FIANZA, del COMPAÑERISMO y de la FRATERNIDAD, son cualidades que de seguro, nos llevan rápidamente hacia la verdadera VENERACIÓN del SUPREMO HACEDOR; pero con la convicción de que todo lo que se OPONGA a esos elevados principios, no cabe duda, que nos hará pasto de los EGOÍSMOS INSANOS, con visos de caer en los más graves ERRO­RES Y desde luego, que también en una IGNOMINIOSA PERDICIÓN de la Moral por lo que respecta a lo Material y a lo Espiritual.

Ahora bien, la enseñanza Filosófica a que se refiere el VERBO DI­VINO, consiste en saber interpretar, apreciar y practicar fielmente, lo que es el conocimiento de la VERDAD SUPREMA, tomando en consideración que nosotros mismos, formamos parte integrante de la Naturaleza en cuyo medio vivimos, como el producto de una FUERZA invisible, intangible e irresistible; que a la vez que da VIDA y VIGOR a todo lo Creado, destruye sus propias OBRAS, para servirse de su esencia y mantener al GERMEN que le proporciona la INMORTALIDAD, lo que pródigamente podemos considerar, como una ACCIÓN DECISIVA DEL SER SUPREMO, DEL SU­MO PONTÍFICE, O DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO, sobre todos los Seres y las Cosas, para el fin conservar la existencia de las innumerables Especies vivientes que habitan la Superficie de la Tierra.

Otra de las Grandes Demostraciones en que de manera palpable, se manifiesta esa gran VERDAD, que nos obliga a aceptar la presencia del SUPREMO HACEDOR en todas partes, consiste en que la MAGNA e IM­PERECEDERA OBRA, que mantiene a la Naturaleza en constante movi­miento, en una continua evolución y en una perpetua renovación; puede ser TRANSFORMADA o DESTRUIDA en solo un INSTANTE por los me­dios y los elementos Científicos de que dispone el Hombre, inventados o creados por su talento o por su inteligencia; pero al mismo tiempo, resulta que los FENÓMENOS NATURALES, pueden DESTRUIR, en la misma forma, a las OBRAS que el ESFUERZO HUMANO, ha necesitado de mu­chos años, para lograr su realización.

He aquí el porqué la Masonería, define a la DIVINIDAD, como un conjunto de Fuerzas, de Causas y de Principios, que tienden a mantener en constante REPRODUCCIÓN a todos los Seres y a las Cosas materiales e inmateriales, que se conocen dentro del Sistema de Vida Universal; y porqué al hombre, lo ha distinguido siempre, concediéndole el RACIO­CINIO, el TALENTO, la INTELIGENCIA y el LIBRE ALBEDRÍO; o lo que es lo mismo, le concede ser CAUSA y EFECTO de su propia existencia, como fenómeno que lleva una sola finalidad, la de CONSERVAR LA VIDA DE LA ESPECIE HUMANA.

Por otra parte, el Esoterismo Masónico, nos proporciona determina­das demostraciones, en el sentido Oculto y en lo Desconocido, mismo que es indispensable explicar por lo que respecta a las funciones naturales, por creer que existen infinidad de Seres y de Cosas, que tienen su Prin­cipio o su Origen, en donde otras se TRANSFORMAN, se MUEREN o DESAPARECEN ante toda evidencia o tras una realidad palpable sólo a la simple vista; aún cuando la Conciencia, el Entendimiento y el Espíritu del Hombre, que tiene cierta preparación educativa en el sentido Intelectual; por lo regular, siempre comprende, que los fenómenos que la Naturaleza nos manifiesta en sus diferentes transformaciones, metamorfosis o Tras­mutaciones, no son más que el principio y el fin de toda CAUSA, cuya esencia está destinada a iniciar la EXISTENCIA de todo lo creado por la DIVINIDAD.

En consecuencia, si nosotros, como Seres Racionales, debemos cum­plir implacablemente con nuestra Misión; para responder del Adelanto y del Progreso, que nos corresponde desarrollar dentro del Seno de la propia Naturaleza, de conformidad con nuestra preparación Científica; quiere de­cir que en todo tiempo debemos ejecutar Obras de Utilidad práctica, para quienes nos rodean, con lo cual, hacemos un señalado Servicio a la Huma­nidad, y a la vez nuestras actividades vienen a desempeñar idénticas fun­ciones, a las que se le atribuyen a la Naturaleza, misma que nos impone esa obligación, como el pago de un tributo a la DIVINIDAD; para que posteriormente; sin recelo al PORVENIR , sin temor a lo DESCONOCIDO y sin sentir el PÁNICO que produce la presencia de la MUERTE, podamos rendir nuestro último HOMENAJE, al Gran Arquitecto del Universo; pero con la satisfacción de haber dado justa cuenta de la efectividad de nuestra verdadera Misión, ante Nosotros mismos, ante nuestros Semejantes y ante el Ser Supremo.

Pero tampoco debemos olvidar, que nosotros los Masones, tenemos un elevado concepto particular de nuestros Deberes para con la DIVINI­DAD, cuyo espiritualismo, consiste en aprender a cumplir, con los dic­tados de una SANA CONCIENCIA, cuando las VIRTUDES HUMANAS, llegan a apoderarse de los Corazones Nobles, hasta llevarles el conven­cimiento, de que el ATEISMO es una Debilidad Moral, impropia de los Hombres Libres e Independientes; ya que hemos confirmado plenamente, que todas las Religiones, llevan como base principal en sus Rituales y en sus Dogmas, a la más ESTRICTA MORAL, y al más PERFECTO ORDEN MATERIAL, razón por la cual, queda íntegramente justificado, el hecho evidente por el que debemos COMBATIR al OSCURANTISMO, a la SUPERSTICIÓN y a1 FANATISMO, tan perjudiciales como la propia IGNO­RANCIA; pero con la convicción de que con ello evitamos la propagación del origen que da lugar a creer en los FALSOS SOFISMAS.

Estos son también los motivos, que la Masonería ha tomado en cuen­ta, para ejercer una ARDUA LABOR CIVILIZADORA Y DESFANATIZANTE; para poder sostener, los Sublimes Principios que dan la idea de la LIBERTAD DEL PENSAMIENTO, y de la CONCIENCIA HUMANAS, circunstancia que le permite de una manera eficaz, combatir los ERRORES y lograr desechar, todo aquello que tiende a ESCLAVIZAR la buena FE de los hombres, y la INOCENCIA de los Pueblos que por circunstancias especiales, se encuentran sumidos en la IGNORANCIA; puesto que, den­tro de ese ambiente, es donde se encuentran los campos propicios para desarrollar una acción ilimitada, que permita aceptar dócilmente, las FALSAS PREDICCIONES.

Consecuentemente, esa es la Doctrina más PURA que debemos ob­servar, propagar y aplicar entre todas las Razas Humanas; por lo mismo, no existe labor más NOBLE, ni más DIGNA que la de practicar y enseñar la MORAL, la de ejercer la CARIDAD y la de llevar hasta la mente de todos los hombres las VIRTUDES que lo dignifican y lo ennoblecen; puesto que es un Sagrado DEBER que nuestra Institución nos impone, como la única ESPERANZA SALVADORA DE LA HUMANIDAD, en el concepto de que con ello, se, consigue conservar incólumes, los principios del HONOR y del DEBER, para cumplir con las promesas y conceder la RAZÓN y la EQUIDAD, cualidades que nos hacen olvidar las INJURIAS y apartarnos de las malas TENDENCIAS; con lo que de hecho, se hace un llamado a la INDULGENCIA, a la BONDAD y a la TOLERANCIA, como Virtudes pro­pias del Masón, puesto que constituyen al verdadero DOGMA que en­cierra un cúmulo de inagotables ejemplos de ALTRUISMO, contenidos únicamente en la Teología Masónica.

Por otra parte, los sublimes Lazos de la CONFRATERNIDAD UNIVERSAL, circundan al DON más preciado, que la DIVINIDAD haya creado sobre la Tierra; puesto que sus tendencias MORALES, consuelan al hombre en medio de sus tribulaciones, y desde luego, le deparan una Vida de Paz y de Concordia, entre todos sus Semejantes; pero también, es lo que constituye la Base de lo sentimientos de Lealtad a los principios que demuestran en todo tiempo a la GRANDEZA DEL ALMA.

Además, cuando un Masón se descubre o cae postrado ante las ma­jestuosas e imponentes Obras de la CREACIÓN, en donde los Fenómenos Naturales, han puesto de manifiesto toda su Magnificencia, para la admiración del Mundo entero, ante la Inmensidad del PODER DIVINO; es por eso que, sentimos y vemos al conjunto de Fuerzas invisibles, incomprensibles y misteriosas, que mantienen al Universo en constante movimiento ARMÓNICO; motivo por el cual, siempre ha crecido, toda nuestra dedi­cación, todo nuestro estudio y nuestros desvelos, puesto que, con la VO­LUNTAD y el ESFUERZO, hemos logrado descubrir su MARAVILLOSO RESURGIMIENTO.

Ahora bien, analizando todos los razonamientos hasta aquí expresa­dos, y que definen la relación que existe en el Masón ante la DIVINIDAD, es indudable que nos hacen volver a recordar el mismo principio, cuyo Tema es la CONFRATERNIDAD UNIVERSAL, contenido en los precep­tos que encierran las Tres preguntas que aparecen sobre la Plancha Trian­gular, que el postulante debe contestar. bajo el peso de una impresionante MEDITACIÓN, lo que en efecto. lleva a cabo, pero sin pensar en que, si nosotros nos debemos Cariño y Respeto; que a nuestros Semejantes les debemos Amor y Cortesía; y que por lo consiguiente, el SER SUPREMO es indudable que le debemos Venerar, Admirar y rendir el más sincero HOMENAJE; lo que quiere decir, que es la Fuente de donde NACE todo lo Grandioso, lo Bello, lo SAGRADO, y aún la PERFECCIÓN MISMA, la que siempre hemos procurado adquirir, para ejecutar todas nuestras ac­ciones, sin LESIONAR los intereses ajenos.

Consecuentes con estas últimas explicaciones, llegamos al conven­cimiento de que todas esas VERDADES, cuyos principios siempre hemos practicado los Masones; forman un cúmulo de enseñanzas Esotéricas y Exotéricas, que por sí solas encierran toda la Bondad toda la Nobleza capaz de convertir al hombre, en un dechado de VIRTUDES, y es por lo mismo, que estamos obligados a practicar, esa Ciencia cuya Escuela, con­siste en llevar a la práctica más adelante, hasta hacer resplandecer Gran­diosa e Inalterable a la Naturaleza de las cosas, en relación con la magni­ficencia, que es palpable a la vez que Misteriosa, como la propia DIVINIDAD, o sea la Esencia que propaga en sus Máximas el MASON PER­FECTO.

Por último, sólo nos resta establecer, que el contenido del presente Tema, se refiere con especialidad a los más elevados conceptos, que la Masonería se ha formado, dentro de las enseñanzas del Grado de Apren­diz, acerca de la DIVINIDAD, en relación con sus manifestaciones, toda vez que estamos convencidos, de que sólo esos fenómenos, pueden condu­cimos hacia la verdadera META del SABER, cuya VIRTUD ÚNICA, se encuentra apoyada por la CONSTANCIA en las ACCIONES, por el ES­TUDIO, por el TALENTO NATURAL y por la INTELIGENCIA que nos proporciona, un vasto campo para aprender o descu­brir, lo que aún no hemos llegado a CONOCER.

Entre tanto, y consecuentes con estos principios razonados, sobre las enseñanzas Filosóficas impartidas por la Masonería, resulta que no existe más LEY, que la que rige los destinos de la PROPIA NATURALEZA, ni más CONDUCTA que seguir, que la del Hombre que pueda observar, dentro de la convicción de HACER EL BIEN, Y como finalidad sublime, la de practicar la VIRTUD, cuyas consecuencias naturales, lo son el ADE­LANTO, la GRANDEZA y el PROGRESO de todas las Razas Humanas, que forman los Pueblos que existen sobre la superficie del GLOBO, pero UNIDOS por un mismo IDEAL, único que corresponde a la CONFRATER­NIDAD UNIVERSAL.

Pero aún existen otras explicaciones todavía más complicadas en la materia, que no es posible darlas a conocer dentro del presente Tema, porque su carácter Científico es de la competencia de las Cámaras Su­periores. Conocimientos que más adelante tendremos la oportunidad de ESTUDIAR.
Recuerda siempre la diferencia está en ti, en cambiar la vida y la humanidad…


 
SANTIAGO DE CHILE 2013
FELILUXOR FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO
A MIS PADRES Y HERMANOS QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA. POR UNA ALIANZA FORTALECIDA EN LA CONSERVACIÓN A LO QUE NUESTRO PADRE DE LOS MUNDOS NOS HA DADO COMO HERENCIA KARMICA.

FIAT LUX
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
AMONRA CHILE
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO….


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